Ads 468x60px

Push your language´s flag to translate this website

Catalá Galego Português English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

“Babía”… o había una Babia.





Foto: Apuntes de un cronopio (David Val Palao) / CC BY-NC-SA 3.0


Había una Babia de piedra caliza.
Había una Babia repleta de osos.
Había una Babia con Muria sin Navia.
Había una Babia de pastores golosos.

18 canciones de Luis Ramiro




Luis Ramiro 
Luis Ramiro es un cantautor madrileño de los que surgen del barrio, de los auténticos, de los que aman la lírica y pisan los charcos. De los que se meten hasta atrás en la sociedad para denunciar "los cotarros", de los que no les importa dar pasaporte a grandes distribuidoras como Sony BMG para poder hacer lo que les gusta, lo que les mueve y lo que les demanda su esencia para hacer buena música y originales trabajos. 

Paseo de un letargo





Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero excavar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma compañero.

Foto: Sudsinner

Chema García
Safe Creative #1311109192527